En fecha 5 de octubre de 2003, en plena efervescencia de la guerra desatada entre las empresas de los sectores discográfico e informático, ha sido anunciado el lanzamiento de un nuevo producto tecnológico conocido como CD-DO (Compact Disc DATA Only) que podría poner en peligro el acuerdo logrado entre ambos sectores para la imposición de un canon sobre los CDs.

Dicho acuerdo se lograba ante la imposibilidad de conocer el destino que el adquirente de un CD habría de dar al mismo, no conociendo en consecuencia, si el mismo habría de ser la grabación de datos o, si por el contrario, se destinaría a almacenar material musical. Incidiendo en la resolución de este problema, la compañía española CD World ha presentado recientemente el primer disco grabable no reproducible en cadenas musicales ni en lectores de DVD tratando así de atajar el problema de la piratería incidiendo sobre su principal razón de ser, su rentabilidad.

Recientes experiencias que demuestran la ineficacia de la aplicación de medidas antipirateo sobre los discos originales nos subrayan la principal virtud de este nuevo producto, la cual, consiste precisamente en la aplicación de medidas anticopia en el propio disco virgen y no en el disco original acabando así con la rentabilidad de la copia que desaparece al hacer necesaria la desactivación de las medidas de seguridad en todos los discos.